Cuando hablamos de desarrollo sostenible normalmente pensamos en la protección de bosques, el reciclaje o las energías renovables. Todo esto forma parte del desarrollo sostenible, pero no es lo único. El gran avance que suponen los ODS tiene que ver con una visión integradora y holística del mundo. Por eso, los 17 objetivos se integran en cuatro grandes grupos: Personas, Prosperidad, Paz, Planeta y Alianzas (en inglés las cuatro “P”: People, Prosperity, Peace, Planet and Partnership). Aquí van algunos ejemplos de ODS que no tratan directamente el concepto de lo ecológico pero que están transversalmente ligados a él:
ODS 1: FIN DE LA POBREZA
Acabar con la pobreza extrema viene “heredado” de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) que el mundo se marcó para cumplir en 2015. La meta entonces fue reducir a la mitad, entre 1990 y 2015, el porcentaje de personas cuyos ingresos eran inferiores a 1,25 dólares por día. Según el informe de la ONU de 2015 sobre los resultados de los ODM, el porcentaje se redujo un 14%. Por eso este objetivo sigue siendo prioritario, junto con el ODS2 “Hambre cero” ya que la crisis medioambiental que está sufriendo el planeta pone en riesgo los recursos naturales y por tanto a las poblaciones más vulnerables. Acabar con el hambre y con la pobreza supone poder cumplir el compromiso de no dejar a nadie atrás que tienen los ODS.
ODS 4: EDUCACIÓN DE CALIDAD
Además de las metas ya marcadas en los ODM como el acceso a una educación primaria y secundaria gratuita, equitativa y de calidad, el ODS4 trae como novedad este epígrafe que describe cómo ha de ser, en esencia, la educación del siglo XXI: De aquí a 2030, asegurar que todos los alumnos adquieran los conocimientos teóricos y prácticos necesarios para promover el desarrollo sostenible, entre otras cosas mediante la educación para el desarrollo sostenible y los estilos de vida sostenibles, los derechos humanos, la igualdad de género, la promoción de una cultura de paz y no violencia, la ciudadanía mundial y la valoración de la diversidad cultural y la contribución de la cultura al desarrollo sostenible.
Es decir, es tarea de todos los países lograr esa transición a un modelo educativo que construya una sociedad en la que el corazón de la misma, sea el desarrollo sostenible.
ODS 5: IGUALDAD DE GÉNERO
¿Cúal puede ser la relación entre desigualdad de género y medioambiente? Pues parece que mucha, sobre todo en los países en los que la mujer tiene aún la principal responsabilidad de la atención a la familia, convirtiéndose en actriz clave de las tendencias de consumo, por ejemplo. O en aquellos en los que es la responsable de gestionar el agua del hogar, realizar las labores agrícolas, ganaderas…En este aspecto, el peso de la población femenina es tal que en muchos lugares se les está capacitando en técnicas de cultivo sostenible, métodos más eficaces de riego o en hábitos de consumo responsable. Si se facilita además la igualdad en el acceso a la educación, a un trabajo decente y a una representación política y económica equitativa, se estará avanzando en sociedades más sostenibles. El ODS5 busca además de la igualdad entre géneros, el empoderamiento de la mujer.
ODS 8: TRABAJO DECENTE Y CRECIMIENTO ECONÓMICO
El desarrollo sostenible se sustenta en cuatro pilares: el social, el económico, el medioambiental y el cultural. Uno de los mayores desafíos a los que se enfrentan los gobiernos, empresas y ciudadanos, es transformar el sistema económico y financiero que han regido nuestro mundo hasta ahora (el “bussines as usual”) para dar paso a modelos circulares con las personas en el centro. O cómo crear trabajos de calidad, seguros y enriquecedores para todos, a la vez que se estimula el crecimiento económico, pero sin dañar el medioambiente. Muchos piensan que el binomio progreso y protección del planeta es una paradoja pero la realidad es que cada existen más empresas que logran este complejo equilibrio que persigue el ODS8.
ODS 17: ALIANZAS PARA LOGRAR LOS OBJETIVOS
El último de los objetivos, el ODS17 es un llamamiento a construir una visión común, integral del mundo y de nosotros mismos, a largo plazo, con soluciones diferentes e innovadoras a los retos que plantea el desarrollo sostenible. Las alianzas transversales entre lo público, privado, asociaciones y ciudadanos es la única manera de avanzar en medidas efectivas que pongan freno al cambio climático. Palabras como solidaridad, colaboración, cooperación y transferencia deben regir las políticas mundiales y la ONU va un paso más allá: una Alianza Mundial para el Desarrollo Sostenible. ¿seremos capaces de avanzar todos a una para vencer el desafío más importante de nuestra historia?