La difusión de los ODS es uno de los grandes retos pendientes en la agenda de la sostenibibilidad.
Pero, ¿qué son exactamente los Objetivos de Desarrollo Sostenible? Los 17 ODS acordados en 2015 por 193 países como el camino para alcanzar el desarrollo sostenible de aquí a 2030, son, a 12 años de cumplirse la fecha de consecución, unos completos desconocidos para la ciudadanía española.
El día a día de nuestro equipo es, en esencia, hablar con diferentes personas acerca de los ODS. Muchos son estudiantes de Primaria, Secundaria o universitarios que participan en nuestros talleres y con los que entablamos un debate a través de obras de arte, en su mayoría, contemporáneo, sobre igualdad de género, agua y saneamiento o cambio climático,
Cuando presentamos el programa Arte y Sostenibilidad en el aula a sus profesores, o directores de centros argumentamos la necesidad de que la Educación para el Desarrollo Sostenible esté integrada en el aula.
Y aunque comprenden la importancia del asunto una vez les ponemos en contexto, casi ninguno de ellos ha escuchado hablar de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. O bien los confunden con los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Una pregunta frecuente es ¿cual es la diferencia entre los ODM y los ODS? ¿no son lo mismo?
Esto no es ni mucho menos una crítica a estos profesionales. Todo lo contrario. Siempre nos encontramos con personas dispuestas a abrir las puertas de sus instituciones a todo lo que aporte valor, innovación y mejora a la sociedad sin importarles que eso signifique más carga de trabajo. Es más bien una reflexión sobre qué estamos dejando de hacer en la difusión de los ODS.
Por qué todos hemos oído hablar del problema-cambio climático- hasta la saciedad, pero muy pocos conocemos la hoja de ruta para remediarlo. Lo negativo de escuchar sólo el problema y no la solución es que conduce a la desesperanza y a la desmotivación, y en el caso del cambio climático mucho más porque su dimensión es de tal envergadura que no nos vemos capaces de poder hacer nada para remediarlo.
La semana pasada conocíamos el “Plan de Acción para la implementación de la Agenda 2030”, 169 páginas en las que el Gobierno de España marca el camino para el cumplimiento de esta agenda global. Se trata de un completísimo y ambicioso plan cuyo mayor acierto es el énfasis en la sensibilización de toda ciudadanía en los ODS en diferentes niveles: con el cambio a una Educación para el Desarrollo Sostenible en los planes educativos, con la formación a ONGs, funcionarios gubernamentales, docentes, y demás trabajadores de instituciones públicas o con el “uso” de la cultura como pieza clave de la transformación y de la difusión.
La red de expertos de la sección del periódico El País: “Planeta futuro”, firmaba hace poco un artículo que titulaba “La hora del desarrollo sostenible” donde reivindican los ODS como una oportunidad única para definir las aspiraciones y la hoja de ruta de España en asuntos como el cambio climático, la salud global, la pobreza infantil o la desigualdad de ingreso. Temas que son, junto a la igualdad de género, las cinco prioridades que estos nueve expertos identifican en el texto. Habría que añadir una sexta: la Educación en y para el Desarrollo Sostenible.
Ahora más que nunca, es necesario que todos nos apropiemos de los ODS y los tomemos como lo que son: instrumentos para gobiernos, empresas, asociaciones, familias, ayuntamiento y ciudadanos con los que construir el futuro que queremos.